Catalina Sandino Moreno no había actuado en una película desde Che (2008), de Steven Soderbergh, junto a Benicio del Toro. El pasado fin de semana feriado, la actriz colombiana –la primera de su país en ser nominada al Oscar a la Mejor Actriz por su debut cinematográfico, María, llena eres de gracia (2004)– retornó a la pantalla por todo lo alto, en el papel de una vampira en The Twilight Saga: Eclipse.
La controversial Che, que se presentó en los cines en dos capítulos, no fue unblockbuster taquillero. Por el contrario, Eclipse, la tercera entrega de la serie basada en las novelas de Stephenie Meyer, se clavó, como colmillos en el cuello del público, en el primer lugar entre las Top 5 en Estados Unidos y Canadá desde su estreno, el 30 de junio, con una suculenta recaudación que supera los $160 millones.
“Hacer esto es algo que te saca de lo cotidiano”, afirma Sandino Moreno en entrevista con El Nuevo Herald desde la ciudad de Nueva York, donde reside. “Te da otra perspectiva. No se puede tomar todo tan seriamente. Uno necesita tranquilizarse y mirar otras cosas”.
Sobre sus dos años de ausencia en la pantalla, explica que “estuve viajando, reevaluando todo lo que quiero hacer, todo que he hecho”. Para ella, fue “un momento de paz” que también le permitió actuar en la tablas neoyorquinas junto a Matthew Broderick en The Starry Messenger, del dramaturgo Kenneth Lonergan.
Ya había trabajado en proyectos fílmicos que vinieron rápidamente después de María, llena eres de gracia, como Journey to the End of Night, Paris, je t’aime, Fast Food Nation, The Hottest State (todas del 2006) y Love in the Time of Cholera (2007), adaptación en inglés de la novela de Gabriel García Márquez.
En medio de esa fase de reflexión se le presentó la oferta de colaborar en Eclipse. “Me dijeron: `¿quieres hacer este papel en Twilight‘ ”, recuerda Sandino Moreno. “Sí, ¿por qué no?”, respondió. Su perspectiva en aquel momento fue: “Vamos a ver cómo me va y aprovecho para explorar otras cosas”, agrega.
De acuerdo con cifras de su distribuidor, Summit Entertainment, Eclipse recaudó unos $68.5 millones en su primer día de estreno en 4,416 pantallas en Norteamérica, batiendo el record de verano obtenido por The Dark Knight –$67.2 millones– en el 2008.
Sandino Moreno apunta dos ingredientes clave del éxito global de la serie: “Los libros y los actores son muy buenos”. En efecto, los protagonistas de Eclipse, Robert Pattinson, Kristen Stewart, Taylor Lautner y Jackson Rathbone, entre otros, figuran entre los actores más candentes de la nueva generación hollywoodense.
“El actor hace la película”, acota la nativa de Bogota. “La gente se siente muy identificada con el `niño raro’ de la escuela [Pattinson] que es fascinante a la vez”.
Si, claramente, sagas como Twilight y la serie televisiva True Blood dan la impresión que los vampiros están de moda en el siglo XXI, lo cierto es que es un subgénero dentro del horror, que ha pegado con el público internacional desde clásicos como la producción alemana Nosferatu (1922), de F. W. Murnau.
“No considero a Eclipse una película de horror; es más como una fantasía”, apunta. “Los personajes son interesantes, tienen su toque romántico”.
Una curiosidad de la participación de Sandino Moreno en Eclipse es que vuelve a interpretar a un personaje con el nombre que más vinculamos con su filmografía: María.
“Pero esta María es todo lo contrario a la de María, llena eres de gracia”, asegura. “Es una vampira mala que intenta crear un nuevo ejército de vampiros [malignos]. Ella es la que transforma a Jasper [el personaje de Rathbone] en un evil vampire”, subraya. “Es interesante, porque me sacó de lo que siempre había hecho: personajes muy reales, muy de ahora. Esto es algo totalmente intangible, sólo de la imaginación”.
Confiesa que desde su primera película hasta hoy su mayor lección sobre el giro de la actuación ha sido “tener la mente abierta y vivir el día a día”.
Una de sus próximas películas es Cristiada, ambientada en el México de la década de los años 20 del siglo pasado, sobre los conflictos entre el Gobierno y la Iglesia –la llamada Guerra Cristera–, en la que comparte honores con Andy García y Peter O’Toole.
“Me atraen esas historias que no todo el mundo sabe que ocurrieron”, afirma. “Uno tiene que recordar lo que pasó, tiene que recordar su historia para no volver a cometer los mismos errores”.
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